martes, 12 de enero de 2016

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Hasta marzo se probarán brazaletes que suplirán cárcel

 

El padre que no cumple con pensiones alimenticias, para el fiscal general Galo Chiriboga, en su mayoría reincide por falta de empleo y por ello considera que mantenerlo en la cárcel no resuelve el problema.
Por ello, Chiriboga indicó que se buscan medidas diferentes que permitan el objetivo de que llegue el dinero para alimentos del niño.
Las propuestas que anunció el presidente Rafael Correa en esos casos, que incluye que solo duerma en la cárcel para que busque durante el día trabajo o que el Estado asuma ese pago y le dé empleo temporalmente, se debaten entre las entidades del sistema judicial. Chiriboga justificó ayer la opción del uso de brazaletes electrónicos para controlar a la persona sin que esté encerrada.
Ese dispositivo ya se estudiaba para más casos como en los de arresto domiciliario, porque la persona está en la edad prevista en la ley, y en los de violencia intrafamiliar que permitiría un control de víctimas para saber si el agresor está cerca, indicó el fiscal. También para quienes padecen enfermedades graves.
La mesa de justicia trató este tema el lunes. La ministra Ledy Zúñiga sostuvo que unas 6 mil personas que cumplieron entre el 60% y 80% su pena podrían beneficiarse (no la población carcelaria de alta peligrosidad) de la alternativa de brazaletes.
Ahora se trabaja en la fase de pilotaje que va a permitir hacer las pruebas del uso de los dispositivos establecido en el artículo 522 del Código Integral Penal. Anunció que entre enero y marzo será esa fase y estará anclada al sistema del ECU-911. “Hemos analizado la población penitenciaria que podría beneficiarse del brazalete. Hay cerca de 6 mil casos que podrían beneficiarse, pero inicialmente se aplicará entre 100 y 500 dispositivos en el plan piloto”. (I)

El oleaje y las lluvias provocan daños en el país

La humilde casa de Leonidas Bodero, de 69 años, está al extremo sur de la playa de Jambelí, donde el oleaje de la tarde del lunes último alcanzó los tres metros de altura y amenazaba con derribarle las bases.
El hombre con sogas trataba de sostener parte de la construcción. A pocos metros, la estructura de una casa se desplomó. “Si viene otro aguaje más fuerte estas viviendas desaparecen. Los tres últimos aguajes han causado daños a los extremos norte y sur”, dijo Geomer García, uno de los moradores de la playa turística.
“Nosotros perdimos animales y enseres”, comentó Pedro Valle, quien habitan en el lugar desde hace dos años.
“Desde el domingo que empezó el oleaje en esta playa se cayeron dos casas en el extremo sur y una en el extremo norte”, contó Víctor Mora, presidente de la isla Jambelí, quien agregó que más de 30 viviendas han colapsado en los últimos años y las familias tuvieron que migrar a Machala o Puerto Bolívar.
“Queremos que el Gobierno disponga los recursos para culminar el muro de escollera, (segunda etapa). En el centro de la playa turística se colocaron las piedras y eso ayuda mucho”, dijo el dirigente de Jambelí.
Desde el domingo hasta ayer, unas seis familias tuvieron que evacuar. De estas, una fue albergada en el retén naval.
En un boletín de prensa, la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) dice que por el aguaje del pasado 10 de enero, un técnico de la entidad se movilizó hasta Jambelí para realizar la inspección del caso.
Se agrega que en el sur de la isla se registraron 5 viviendas con inundaciones leves, y que la SGR coordinó con el Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES) la entrega de asistencia humanitaria a las familias damnificadas.
Se afirma que en la inspección realizada en la isla no se registraron viviendas colapsadas por el periodo de oleaje.
Esto, mientras en el cantón Muisne, de la provincia de Esmeraldas, los fuertes oleajes provocaron daños en el Malecón de Estero de Plátano, según constató la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio. Ahí los habitantes temen que la obra colapse en su totalidad.
También se habrían reportado daños en el malecón de la parroquia Galera, en Muisne.
En cambio, en el cantón Salinas, en la provincia de Santa Elena, ayer trabajadores municipales retiraron los restos de conchas y la arena que fue arrastrada por la fuerza de las olas durante la madrugada.
Ayer se cumplió el tercer día en que el aguaje y oleaje, pronosticados por el Inocar, provocaron la subida del mar que anegó hasta la II avenida.
En puerto artesanal El Matal, en Jama, Manabí, los habitantes desbarataban ayer sus casas para evitar que el mar se las destruya por completo

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